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domingo, 28 de febrero de 2010

Hundimientos de terreno en el entorno de Daimiel

La disolución de la roca caliza por el agua ha provocado la aparición de espectaculares hundimientos de terreno en zonas agrícolas del entorno de Daimiel.

En los últimos días, hasta ocho grandes socavones aislados entre sí han aparecido sobre una gran parte del área por donde se extiende el Acuífero 23, en la provincia de Ciudad Real. Estos hundimientos del terreno llegan a ser espectaculares por las dimensiones que presentan, ya que algunos han llegado a alcanzar un diámetro de más de seis metros y una profundidad de algo más de treinta metros sobre el nivel del suelo.

La aparición de estos grandes hoyos sobre los terrenos agrícolas ha causado, en la misma medida, sorpresa y alarma entre los vecinos del entorno. Sorpresa por el hecho de que el suelo, de un día para otro, se resquebraja con una enorme facilidad, originando estas grandes cavidades y, alarma, por el riesgo que ello puede suponer para las personas, especialmente, para los agricultores que a diario cultivan sus tierras de labor.

Rafael Gosálvez Rey, profesor de Geografía Física de la Universidad de Castilla-La Mancha ha explicado a Efe que estos fenómenos naturales son habituales cuando las lluvias del invierno propician la circulación subterránea del agua.

Gosálvez ha aclarado que Daimiel y su entorno, incluyendo Las Tablas de Daimiel, se insertan en un contexto geológico en el que dominan calizas y margas de edad pliocena (Terciario) que presentan paquetes estratigráficos de distinta potencia (hasta 30 metros) susceptibles de ser atacados por procesos erosivos kársticos. Estos procesos "se producen por la disolución del carbonato cálcico contenido en las calizas y en las margas, pudiendo desarrollarse tanto en superficie como bajo tierra".

Las intensas lluvias que se vienen registrando sobre la provincia de Ciudad Real han favorecido la circulación subterránea del agua, que está recargando parte del Acuífero 23 y propician el desarrollo de estos procesos erosivos.

Para el profesor de Geografía Física de la Universidad de Castilla-la Mancha, esta actividad kárstica, junto a los sumideros y hundimientos de las turberas del cauce del río Guadiana, demuestran que "la naturaleza está viva y responde a las acciones que el hombre impone sobre el territorio, lo que se traduce con frecuencia en procesos geomorfológicos cuyas consecuencias son difíciles de predecir".

La probabilidad de que estos fenómenos naturales continúen apareciendo ha llevado al Ayuntamiento de Daimiel a pedir que se extremen las medidas de precaución en el campo. Además, el alcalde de Daimiel, José Díaz del Campo, ha pedido a los curiosos que eviten aproximarse a los lugares donde han aparecido las subsidencias, por el riesgo que puede suponer cualquier hundimiento imprevisible del terreno.


Fuente: Telecinco.

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