Hace 25 años nació La Garcilla, heredera del boletín de la Sociedad Española de Ornitología, una organización con muchísimos menos recursos y proyección pública de la que tiene ahora SEO/BirdLife. Los exiguos medios quedaron compensados con el esfuerzo, el voluntarismo y la ilusión de aquellos pioneros de la ornitología que se lanzaron -los primeros en nuestro país- a crear una ONG científica y conservacionista.
El panorama ambiental ha cambiado mucho desde aquellos años cincuenta del pasado siglo, y SEO/BirdLife también lo ha hecho: ha crecido en fondo y forma. Las líneas de trabajo se han ampliado y el ámbito de implantación territorial también se ha extendido. Si se va de lo local a lo internacional, hay que hablar de treinta y cinco grupos locales, diez delegaciones y una red internacional -BirdLife, con más de dos millones de socios- que otorga un estratégico paraguas global a la organización, a la vez que favorece que líneas estratégicas de ésta alcancen trascendencia mundial.
La creciente base social de SEO/BirdLife, que también configura sus miras hacia un objetivo más global – no sólo el mantenimiento de las aves sino de la biodiversidad en general-, y en el que el placer propio juega, a su vez, un papel importante. Evidentemente hay que ser consciente de ese núcleo de profesionales y aficionados que gozan de una gran especialización, que focalizan su atención en la parcela más científica y “pajarera”, y al que corresponde “mimar”, en una especie de discriminación positiva que en absoluto merma las pretensiones del resto.
Todas estas son las piezas que han hecho que la querida Garcilla hoy se haya convertido en Aves y Naturaleza, la nueva revista de SEO/BirdLife. “La nueva revista que te hará volar” por el inmenso mundo ornitológico, en constante compañía de especialistas de la comunicación y la biología, a través de contenidos divulgativos que muestran tanto las sombras como los brillos de este valioso ámbito.
Aves y naturaleza diversifica sus contenidos porque así lo ha hecho ya SEO/BirdLife. Y para ello renueva también su fisonomía: para hacer patente la mayor globalidad, proyección social y política, y líneas de actuación que ha alcanzado la organización en los últimos años. Todo ello sin perder de vista los objetivos básicos que imprimieron a la organización sus fundadores: el conocimiento y defensa de las aves.
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