Una vez más nos encotramos con un nuevo brote de botulismo en la laguna de Navaseca de Daimiel. La historia se repite verano tras verano sin que las administraciones responsables hagan nada por evitarlo, justificándose con la excusa de que es un "proceso natural".
El Ayuntamiento de Daimiel permanecerá vigilante ante la confirmación del brote de botulismo en la Laguna de Navaseca que certificó este miércoles el jefe de Toxicología y de la Unidad de Sanidad Animal del Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC), Rafael Mateo. El alcalde, Leopoldo Sierra, aseguró que se trata de un proceso "natural" y "difícil de erradicar".
Los análisis realizados han detectado la presencia de la bacteria en ejemplares de focha común, ánade friso y cigüeñuelas El alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, explicó que la alta mortandad de aves en la Laguna, que hasta el miércoles ascendía en 42, además de otras 21 afectadas que serán tratadas para intentar recuperarlas, se deben a este brote de botulismo cuya causa viene sobrevenida por la subida de temperaturas y la disminución de los niveles de agua, y por tanto, de oxígeno.
No obstante, señaló que es un proceso “natural” y “difícil de erradicar”. Aún así, insistió se trata de un brote de botulismo cuyo proceso de contagio es por intoxicación de la larva que lo porta, y en ningún caso, por la infección en las aves.
En concreto, los análisis realizados han detectado la presencia de la bacteria en ejemplares de focha común, ánade friso y cigüeñuelas.
Por ello, indicó, se continuará con el protocolo establecido. Un procedimiento, agregó, que consiste en la retirada ágil de los ejemplares muertos para evitar la intoxicación de otros y recoger a los que se encuentren enfermos para tratarlos en los centros de recuperación de especies y evitar su muerte. Se minimiza así el brote y que éste pueda provocar la muerte de miles de aves.
No obstante, señaló que es un proceso “natural” y “difícil de erradicar”. Aún así, insistió se trata de un brote de botulismo cuyo proceso de contagio es por intoxicación de la larva que lo porta, y en ningún caso, por la infección en las aves.
En concreto, los análisis realizados han detectado la presencia de la bacteria en ejemplares de focha común, ánade friso y cigüeñuelas.
Por ello, indicó, se continuará con el protocolo establecido. Un procedimiento, agregó, que consiste en la retirada ágil de los ejemplares muertos para evitar la intoxicación de otros y recoger a los que se encuentren enfermos para tratarlos en los centros de recuperación de especies y evitar su muerte. Se minimiza así el brote y que éste pueda provocar la muerte de miles de aves.
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