El pasado mes de noviembre, las principales ONG ambientales españolas enviaron al Director General de la UNESCO una solicitud formal de revisión de la declaración como Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda a causa de la crónica degradación de las Tablas de Daimiel y de otros humedales de la zona.
La reciente aprobación del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG), por si sólo, no ofrece garantías de solución a los problemas de pozos ilegales y sobreexplotación de los acuíferos y, por ello, Ecologistas en Acción insiste en pedir a la UNESCO una acción decidida que obligue a España a recuperar la zona o la definitiva descatalogación de la misma como Reserva de la Biosfera.
La dramática y degradante situación por la que atraviesa la Mancha Húmeda y, en particular, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel son un ejemplo del escaso interés que el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha han puesto en respetar las obligaciones derivadas de la declaración de esta Reserva de la Biosfera.
Desde su declaración en 1980, la Mancha Húmeda (Tablas de Daimiel, Lagunas de Ruidera, entre otros muchos) se ha ido degradando progresivamente perdiendo los valores naturales que dieron lugar a su catalogación como Reserva de la Biosfera. El ejemplo más dramático es el del Parque Nacional donde en el último año apenas se ha alcanzado un promedio del 1 al 5% de superficie encharcada y donde el ecosistema natural ha desaparecido absolutamente hasta convertirse en un espacio temático que se sustenta en una presa a la que se aportan aguas del trasvase Tajo-Segura y, cuando se puede, de pozos.
Así, las Tablas de Daimiel han perdido la práctica totalidad de los elementos naturales que le proporcionaban su singularidad. Para empezar, el río Guadiana ha desaparecido por completo y el río Gigüela –que era un río estacional- se ha convertido en un río excepcional que únicamente corre cuando se derivan por él las aguas del Tajo que iban hacia el Segura. Las Tablas han dejado de ser el lugar de reposo o el destino de miles de aves migradoras (sencillamente porque carece de los recursos que esas aves precisan) y han perdido en gran parte los tesoros ornitológicos que albergaba: bigotudos, carriceros de todas las especies, el Escribano Palustre Iberooriental (Emberiza schoeniclus witerbyi), ánades como el Pato Colorado (Netta rufina), o garzas como la Garza Imperial (Ardea purpurea).
La vegetación más característica también se ha extinguido por completo (toda la relacionada con la excelente calidad del agua del Guadiana) o se ha reducido extraordinariamente como en el caso de la Masiega (Cladium mariscus), que otorgaba a este espacio la categoría de ser el mayor masegar de Europ,a y que en la actualidad puede considerarse en serio peligro de extinción en la zona. Además, las poblaciones de otros grupos vertebrados como peces, anfibios y reptiles pueden darse por desaparecidos casi por completo.
La razón de este problema hay que buscarla en el crecimiento insostenible e incontrolado, en los últimos 20 años, de la agricultura de regadío dentro del acuífero de La Mancha Occidental, y a las extracciones ilegales, que ya representan casi el 60% del agua utilizada anualmente en la zona. Existen más de 23.000 pozos ilegales, de los cuales 7.500 extraen agua en la actualidad. Y eso que en 1994, los acuíferos de la Cuenca Alta del Guadiana, que alimentan directamente a estos humedales, fueron ya declarados oficialmente sobreexplotados al haberse registrado una bajada de hasta 40 metros en el nivel de las aguas subterráneas y producirse la desecación parcial o total de los humedales de la Reserva de la Biosfera.
Para llegar a este punto el colaborador necesario, además de las ansias por conseguir un dinero fácil con el regadío, ha sido la aquiescencia de quienes tenían que velar por la buena gestión de los recursos hídricos, agrícolas y de los espacios naturales.
Por todo ello, no es extraño que, ya desde 1997, se hayan sucedido los informes de la UNESCO y del Comité MAB español en los que se ha propuesto esta Reserva de la Biosfera como ejemplo de “gestión equivocada”, denunciando que es una Reserva que de hecho “no existe” y han exigido en multitud de ocasiones un plan de gestión del espacio que implique a los usos sostenibles del agua con un enfoque ecosistémico.
Tras malgastar 216 Millones de euros de la UE en un Plan de Compensación Rentas (1993-1997 y 1998-2002) gestionado por la Comunidad de Castilla-La Mancha, ahora se ha aprobado un PEAG que, sobre el papel, es un intento para solucionar el problema de la sobre-explotación de las aguas subterráneas a través de la compra de derechos de uso de agua a los regantes y la forestación de tierras agrarias.
Sin embargo el PEAG arroja más sombras que luces ya que aunque muchos planteamientos son positivos, las cuentas no salen y la voluntad política no aflora. Castilla-La Mancha mantiene la exigencia de unos recursos hídricos para regadío de 200 Hm3/año y mantener una superficie regada de 125.000 ha, a pesar de que los estudios del MIMAM estiman que sólo se lograría la recuperación en un tiempo razonable con una extracción media de 130 Hm3/año. Eso implica que de un escenario de recuperación a 15-20 años pasaríamos a otro que alargaría la situación hasta el 2040 como mínimo.
Por otro lado, lo más grave es que no hay medidas serias para la sanción y cierre de pozos ilegales, a causa de la presión política ejercida por Castilla-La Mancha sobre la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que paraliza los procedimientos administrativos y cede ante las protestas de aquella y de los colectivos de regantes más radicales.
Fuente e imagen: EEAA http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article10399&artsuite=2#sommaire_1
En la imagen: situación actual de los Ojos del Guadiana.
viernes, 8 de febrero de 2008
Las Tablas de Daimiel pueden perder la categoría de Reserva de la Biosfera
Etiquetas: Humedales
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario