Ávila, una jornada gris, en la que impera la lluvia y la densa niebla. La falta de visibilidad no sólo ocasiona accidentes en la tierra, también en el cielo. A lo lejos, se acerca una de las aves de mayor tamaño de Europa y la especie voladora más pesada del mundo. La avutarda encuentra su hábitat original en las estepas y praderas naturales del centro de Asia, pero con el avance de la civilización, se ha adaptado a vivir en terrenos abiertos con pastoreo extensivo y cultivos de secano. Se sienten como en casa entre mosaicos agrícolas conformados por cereal, un paisaje habitual en Castilla y León donde más de 10.000 ejemplares -la mitad de la población en España- sobrevuelan esta inmensa región.
La avutarda (Otis tarda) está clasificada como especie vulnerable en el Libro Rojo de las Aves. Se la encuentra en zonas como la denominada Tierra de Campiñas que abarca el norte de Ávila, el este de Salamanca y el suroeste de Valladolid. Precisamente, la Junta designó esta ZEPA en octubre del 2000 por el «altísimo valor» que representa para la conservación de la especie. Acoge la segunda población más importante de España después de las Lagunas de Villafáfila (Zamora).
A partir del año 1998, comenzaron a instalarse numerosos tendidos eléctricos en la zona de Tierra de Campiñas para suministrar electricidad a las bombas de extracción de agua para riegos. La generalización del regadío transformó el uso del suelo, el paisaje y multiplicó las infraestructuras de la zona, destruyendo una gran cantidad de áreas de reproducción tradicionales de la avutarda. Además, se creó una larga red de cableado que convirtió la ZEPA Tierra de Campiñas en uno de los innumerables puntos negros de la geografía española.
Estas instalaciones, ubicadas en extensiones naturales y zonas de cultivo comienzan a afectar a la población de avutardas. Su elevado peso hace que le sea complicado sortear los tendidos eléctricos, algo aún más dificultoso si las condiciones meteorológicas no acompañan o las aves son inexpertas debido a su juventud. Este tipo de colisiones se ha convertido en la primera causa de mortalidad no natural de la especie.
Ante el riesgo que suponen las instalaciones eléctricas en la población de avutardas, SEO/BirdLife ha realizado un estudio con el apoyo técnico y económico de Iberdrola, para identificar los tramos de tendidos que suponen un mayor peligro para la especie en la Comarca de La Moraña, en el norte de la provincia de Ávila dentro de Tierra de Campiñas. El proyecto pretende buscar soluciones y asegurar que se consideren seriamente las posibles medidas correctoras.
Tras varios meses de análisis, se ha constatado la desaparición de cinco zonas de reproducción de la especie. «Es una cifra importante porque son irrecuperables. Aunque se eliminen los tendidos, estas arenas de cortejo no volverán a crearse», dice el responsable de Seo/Bird Life en la campaña, Jorge Lozano.
El portavoz de Iberdrola, Javier Goitia, aboga por afianzar las áreas de reproducción tradicionales, conservándolas indefinidamente ya que «esos espacios son un eslabón necesario en la cadena reproductiva. Además, la mayor parte de las rutas de vuelo se materializan entre esos círculos, precisamente donde más probabilidades de colisión existe». El estudio arroja datos que «no son alarmantes», según la compañía eléctrica. Una media de dos ejemplares muere en colisiones en la Comarca de La Moraña. El análisis asegura que 35 avutardas perdieron la vida en los últimos 18 años, aunque las bajas reales superan a las encontradas en el campo.
Los ecologistas apuntan que únicamente se halla un 10% de las aves que realmente fallecen. «La mortalidad observada supone sólo un 10% de lo real». El responsable de Seo Bird Life en este estudio, Jorge Lozano, apunta que la población reproductora en el norte de la provincia abulense ha disminuido un 22% desde 1998 con la desaparición de 360 ejemplares.
Al margen de los datos y de la lucha de cifras, lo cierto es que dos de las partes implicadas en este problema han tomado cartas en el asunto, pero utilizando la misma baraja y trabando juntas para evitar que esta especie protegida llegue a estar en peligro de extinción.
Fuente: El Norte de Castilla http://www.nortecastilla.es/20080131/castilla-leon/colisiones-peligro-muerte-20080131.html
Fotografía: GABRIEL SIERRA-SEO BIRDLIFE
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