Febrero de 2006
Ecologistas en Acción de Ciudad Real denuncia que se ha realizado una nueva reforestación en el paraje conocido como Pastrana, en el término municipal de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
La reforestación ocupa unas 86 hectáreas y ha sido subvencionada por la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Ecologistas en Acción de Ciudad Real denuncia que se ha realizado una nueva reforestación en el paraje conocido como Pastrana, en el término municipal de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
La reforestación ocupa unas 86 hectáreas y ha sido subvencionada por la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El paraje se encuentra en la zona de Los Anchos, conocida por su riqueza ornitológica, y es utilizado habitualmente por la Avutarda Común y otras aves propias de los medios esteparios. Su declaración como ZEPA (Zona Especial de Protección para las Aves) fue solicitada por cuatro asociaciones conservacionistas y contó con el apoyo del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan.
La zona fue declarada ZEPA dentro del Área esteparia de La Mancha Norte, pero la superficie se redujo a dos tercios de la propuesta inicialmente, dejando fuera el área afectada en la actualidad.
Ahora, la Consejería subvenciona su destrucción al permitir la reforestación de un medio estepario. De ese modo, llega a incumplir su propia normativa, concretamente la Ley 9/99 de Conservación de la Naturaleza, que en su artículo 77 dice "Prohibición en relación con las especies amenazadas. ....así como la destrucción de su hábitat, en particular del lugar de reproducción, invernada, reposo, campeo o alimentación". Igualmente incumple la normativa que regula las ayudas para fomentar la forestación de tierras agrícolas, que dice al respecto en su artículo 6: "Superficies excluidas. Hábitat de especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas cuando la forestación pueda afectar negativamente a dicho hábitats o a sus poblaciones".
La provincia de Ciudad Real cuenta con una de las poblaciones de Avutarda Común en mayor peligro de toda Castilla-La Mancha y, además, se encuentra muy mal protegida. Según datos de SEO-Ciudad Real, de las nueve zonas ocupadas por la especie en la provincia, sólo tres se hallan bajo la salvaguarda de una ZEPA, careciendo el resto de cualquier figura de protección. Para sonrojo de las autoridades ambientales de la región, las tres ZEPA son de reducida extensión y no abarcan toda la superficie utilizada por las avutardas en esos territorios.
No obstante, haber sido incluidos en la red europea Natura 2000 no garantiza la adecuada protección que merecen los lugares incluidos en ella, y cada una de las tres zonas se ve afectada por sus propios problemas de conservación.
Así, la zona de los Anchos sufre las reforestaciones que se han mencionado más arriba. En el Campo de Montiel, que cuenta con una de las mejores poblaciones de aves esteparias de la provincia, sólo están protegidas cuatro zonas de ridícula superficie que, por otra parte, se encuentran aisladas entre sí. En esta comarca se han reforestado cientos de hectáreas y se ha construido una fábrica de ladrillos con total impunidad.
En cuanto al núcleo de avutardas del Campo de Calatrava, éste se encuentra en grave peligro de desaparición. La presión urbanística de las localidades que lo rodean, la construcción del polémico aeropuerto de Ciudad Real y de la proyectada autovía de Valdepeñas, supondrá un impacto de tal magnitud sobre el medio que la persistencia del grupo resultará inviable a medio plazo.
Las otras seis áreas avutarderas no incluidas en ZEPA también se ven afectadas por la construcción de nuevas infraestructuras, por la expansión de los viñedos en espaldera y de las reforestaciones, o por la construcción de urbanizaciones y campos de golf, como sucede en Argamasilla de Alba.
Las otras seis áreas avutarderas no incluidas en ZEPA también se ven afectadas por la construcción de nuevas infraestructuras, por la expansión de los viñedos en espaldera y de las reforestaciones, o por la construcción de urbanizaciones y campos de golf, como sucede en Argamasilla de Alba.
Por tanto, podemos afirmar que la situación de las avutardas en nuestra provincia es alarmante y que ni siquiera los núcleos protegidos por la Unión Europea se encuentran a salvo. Mientras tanto, el desarrollo sostenible sigue siendo una palabra vacía en boca de nuestros mandatarios, que la utilizan constantemente en sus discursos pero la esquivan a la hora de tomar decisiones. De continuar por este camino, es muy probable que asistamos a la desaparición de las poblaciones de avutarda en la provincia de Ciudad Real.
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