El pasado 16 de noviembre de 2007 se celebraron en San Sebastián unas jornadas bajo el título "El Buitre leonado y el ganado. Situación y problemática", organizadas por la sociedad Aranzadi, con la colaboración del Ministerio de Educación y Ciencia, Caja Laboral y la Diputación Foral de Guipúzcoa.
Los conferenciantes fueron J.A.Donazar (CSIC-Estación biológica de Doñana), Martine Razin (Responsable seguimiento aves carroñeras en Francia), David Campion (Seguimiento de Buitre leonado en Navarra) y Antoni Margalida (Vicepresidente del Grupo de Estudio y Protección del Quebrantahuesos).
En espera de que las conclusiones sean publicadas, los acuerdos iniciales de las jornadas fueron las siguientes:
-A falta de grandes ungulados salvajes (desaparecidos hace cientos de años) las poblaciones de carroñeras dependen totalmente de las actividades ganaderas.
-La ganadería intensiva desarrollada en recintos cerrados o con pastoreo próximo a los núcleos rurales, produce carroña que hasta hace poco era depositada en pequeños muladares muy dispersos (casi cada pueblo tenía el suyo, entre Aragón, La Rioja y Navarra en el 2000 había 450).
-La ganadería extensiva que usa los pastos de montaña (en el norte durante 8 meses, en el sur durante casi todo el año y por la trashumancia sobre todo en invierno). Las reses muertas quedaban abandonadas en el campo y las carroñeras las utilizaban.
-La mortandad normal en nuestra actividad ganadera se sitúa entre el 3,5 y el 4% anual. En consecuencia el volumen de carroña generada debería ser enorme. Y se calcula que al menos hasta 1997 las aves carroñeras apenas podían aprovechar un 25% del material puesto a su disposición.
-La política de muladares desarrollada hasta hace un par de años ha creado una gran desproporción en las poblaciones de las distintas especies carroñeras. Se ha conseguido que aumente espectacularmente la población de Buitre leonado, pero las de Alimoche, Quebrantahuesos (sobre todo), Milano real y Buitre negro siguen siendo preocupantes. Se ha comprobado, por ejemplo, que el uso de un muladar por parte de una población alta de Buitre leonado inhibe el uso del muladar a otras especies.
-La concentración de carroña en grandes muladares produce empaquetamientos de poblaciones (es el caso del Quebrantahuesos) y pérdida de tasa de reproducción (por inhibición) como consecuencia de la falta de dispersión de los individuos.
- La supervivencia del Buitre leonado se basa en la longevidad. Es decir los individuos viven muchos años pero solo ponen un huevo anual. Si algún factor produce la mortandad de adultos (veneno, eólicas) la población se resiente y tiene poca capacidad de respuesta al ser bajas sus tasas de reproducción.
- Se desconocen muchos aspectos de la ecología del Buitre leonado, lo que no permite predecir el futuro de esta especie de persistir las condiciones actuales. Por ejemplo, se calcula la tasa de reproducción como el número de pollos por pareja (al año) que son capaces de independizarse y volar, pero se desconoce su supervivencia real. Se sospecha que actualmente muchos mueren a los pocos meses. Tampoco se conoce bien la estructura de población por edades, la tasa de incorporaciones a la población reproductora, la dispersión real…
- El aumento de la hambruna en los Buitres leonados, la menor tasa de reproducción (en algunas colonias navarras en la campaña del 2006 ha bajado del 0,65 al 0,21) y el aumento de las denuncias por ataques a ganado, se ha comprobado sobre todo a partir del principio del otoño del 2006 cuando la retirada de cadáveres de las zonas de montaña ha sido casi total.
En consecuencia es creencia general entre los conferenciantes de las Jornadas que si se permite el abandono de los cadáveres en las zonas de ganadería extensiva como se ha hecho hasta ahora (no las reses muertas en las proximidades de los núcleos poblados) el problema se aliviaría mucho sobre todo durante los meses de campeo del ganado (de marzo a noviembre). Y esto apoyaría la mejora de la situación de las otras especies.
Sin embargo como la incubación del Buitre leonado es muy temprana (las puestas comienzan en enero) es importante abastecer los muladares de noviembre a marzo para favorecer la ceba de los pollos.
En el caso de reapertura de muladares es mejor abrir varios pequeños y dispersos, que pocos, grandes y concentrados.
Cualquier decisión que se tome en relación a la gestión de las poblaciones de carroñeras debería ser global y aplicada a toda la geografía nacional.
Se considera que los ataques de buitres al ganado es una cuestión mediática más que real, aspecto sobre el que algunos conferenciantes aportaron datos muy significativos.
Fuente: Ramón Elosegui, Josema Verdugo. http://seodonostia3.blogspot.com/
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