El centro de recuperación de fauna salvaje de Ciudad Real, El Chaparrillo, acaba de poner en libertad al segundo ejemplar de cigüeña negra que pasa por sus instalaciones en diecisiete años.
Alba, el ejemplar que se ha recuperado gracias a los cuidados del personal del centro, llegó a El Chaparrillo el 30 de junio de este año. Un particular la encontró en el Valle de Alcudia con un grave problema parasitario y desnutrida. "No ha sido fácil sacarla adelante", explican la veterinaria Elena Crespo y el director del centro, Eularico Fernández.
Esta especie de cigüeña sólo se alimenta de anfibios y reptiles y vive en charcas o cerca de los ríos, en lugares apartados y de difícil acceso. Lo difícil no ha sido sólo que recuperara la salud, sino enseñarla a cazar por sí misma, algo que todavía no había podido hacer dada su corta edad. “Nos hemos volcado al máximo con ella, el director del centro incluso ha cazado ranas para Alba”, explica Elena Crespo que en los cinco años que lleva como veterinaria es la primera vez que recibe un ejemplar vivo de esta especie.
Alba volvió el jueves al Valle de Alcudia, personal del centro y voluntarios ambientales colaboradores, participaron en su suelta y, tras quince horas de observación, el viernes se comprobó que la cigüeña se ha incorporado a un grupo que está iniciando la migración a África.
La cigüeña negra, de hábitos muy diferentes a la común, está catalogada como en situación de vulnerabilidad (la población es muy pequeña), según el Libro rojo de las aves y está empezando a ser una rareza en los campos de la provincia, en la que según el último censo viven diecisiete parejas reproductoras. Dado lo excepcional del caso, en vez de anillarla sin más como al resto de aves que pasan por El Chaparrillo a esta cigüeña se le ha colocado un radioemisor que permitirá en todo momento saber dónde está y hacer un seguimiento más exhaustivo de su vida. Lo último que se sabe es que emprendió rumbo a África.
El Chaparrillo dispone de todo lo necesario para el tratamiento sanitario de las especies amenazas o vulnerables. Además de los voladeros para la última fase de la convalecencia del ave, el centro tiene clínica, laboratorio, unidad de cuidados intensivos, quirófano y sala de necropsias.
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Imagen: L. Segura
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